lunes, 15 de febrero de 2010

EL AYUNTAMIENTO DE MADRID CIERRA EXOTARIUM


Hace al menos cinco años que Exotarium agonizaba. No sus inquilinos, los más de 400seres rescatados del abandono y del tráfico de vidas que hasta la fecha se encontraban en las mejores condiciones en las que el cautiverio permite mantenerlos, sino Luis Miguel Domínguez y su equipo, ellas y ellos agonizaban. Por experiencia, el verse obligado a desmoronar un proyecto es decepcionante pero más aún la responsabilidad que se siente por aquellos animales humanos y no humanos que quedan a la deriva.
Con el cierre de Exotarium hemos perdido una batalla, debemos ser realistas, nos han pateado las nalgas hasta dejárnoslas del tamaño de un babuino.
El Exotarium de Titulcia nació por la necesidad de atender a los cientos de animales exóticos (de otros países) abandonados por sus dueños o confiscados por Aduanas. Desde este centro, un “basurero” más de la codicia humana, Luismi y su gente han tratado de concienciar y visibilizar un grave problema que atenta contra la biodiversidad, contra la ley y que carece de cualquier tipo de ética, los animales no son objetos, no son una posesión.
España, como otros muchos países, firmó en 1987 el denominado Convenio de Washington, uno de sus apartados obliga al Estado a crear centros de rescate con el fin de albergar, recoger y amparar a los animales decomisados y procedentes de tráfico ilegal de especies. Hace 23 años de eso y como la mayoría de los convenios relacionados con la salud del planeta se quedó en el papel y nosotros callados.
Si algo es difícil de reconocer es que el Sistema trata de anularnos, que desde las escuelas no nos educan para pensar, para que evolucionemos hacia una sociedad con equidad, con justicia, con valores, sino que desde los pupitres se forman personas dóciles, uniformizadas, desidiosas, engañadas. No es culpa de la Escuela, el problema es que ella ha sido fagocitada por el modelo de sociedad y se ha convertido en una prolongación del consumismo, el inmediatismo, el “yoismo”, el pasotismo.
Y después de este desahogo con tintes conspiranoicos, regreso al origen del asunto. De momento nos queda la PALABRA, la útil protesta. La voz del descontento. Porque el silencio es aceptar la impunidad es volver a tragar el desprecio de nuestros gobernantes y gobernantas por lo que muchos consideramos esencial, la VIDA de todos los seres con los que compartimos el planeta.
Me encuentro lejos de mi querido maestro y amigo, hoy más que nunca quisiera estar con él, pero sólo puedo encabronarme y desde esta remota atalaya lanzar mi más enérgica repudia hacia Esperanza Aguirre y sus secuaces que además hago extensiva a Zapatero y su banda, responsables de una política de falsos convenios, de racanería ética, de cobardía histórica. Son ustedes mediocres, lo que finalmente nos merecemos con la complacencia de un silencio con sabor a larga enfermedad, la verdadera pandemia de nuestra era, la indolencia.
Protesta de cualquier modo. Desde el blog de Luis Miguel Domínguez “La tierra que nos parió”, desde cualquier foro, en tu grupo de amigos, como puedas no ENMUDEZCAS ante lo inaceptable.