miércoles, 8 de abril de 2009

ORANGUTAN (EL HOMBRE DE LA SELVA) LAKI-LAKI BEHURUNTUNG


El lunes a las 5 de la madrugada salí rumbo a Sumatra, al Parque Nacional Lauser, cuatro horas de coche hasta Yakarta, donde debía de tomar un avión a Medan. Llegué al aeropuerto y lo primero fue cambiar mi dinero, 1000 euros son 15 millones de rupias, así que por ahí andaba con los fajos de billetes escondidos. La gente es encantadora y la seguridad es mucho mayor que en México, no se me hubiese ocurrido hacer esa operación a la vista de tanta gente, pero acá esta muy tranquilo, se dice que si has sobrevivido al DF puedes estar tranquilo en cualquier parte, y es cierto. Compré mi boleto a Medan y tuve que pedir un teléfono prestado para hablarle a Karmele y que se comunicara con Tomin, el guía que me llevará hasta los Orangutanes. Dos horas y media de vuelo y ya estaba en Sumatra. De ahí cuatro horas de coche hasta el Parque Nacional Lauser. No me entretengo en ello pero llegar fue una azaña.
La selva aquí es inigualable, frondosa, alta, diversa, espectacular. A las seis de la mañana ya estaba preparado para el ascenso, todo cuesta arriba, de veras que si no estas en minima forma no hay manera, se sufre y de eso no se trata. Despues de dos horas de encuentros con Macacos y los preciosos (Presbitys frontata)

los punkies de la selva, ni rastro de los Orangutanes. Hay tantos monos en estas tierras que dejan pocos recursos para los otros animales, las aves han de ser cautelosas para ubicar sus nidos y mantenerlos fuera de la perspicacia de los primates, así que a diferencia de México no son tan abundantes. Los macacos acechan, como en el Libro de la Selva del maestro Rudyard Kipling, son insistentes y en ocasiones hay que enfrentarse a ellos demostrándoles que no estás dispuesto a ser robado, porque les encanta mangar cosas. Si pican sobre la foto se me ve en una de esas bronquitas.

Después de dos horas de caminata,tranquilo y convencido de encontrarlos, al fin apareció el primer orangutan, una hembra joven de unos 10 años. El momento fue intenso, inolvidable, pero no había tiempo para el regocijo sino para el trabajo, filmar en la selva es muy complicado, buscar una ubicación entre la espesura y las pendientes es complejo, pero para algo llevo años en esto, así que me la chingé de lo lindo. No era suficiente, llegé demasiado lejos para obtener sólo unos minutos había que ir a por más y así lo hicimos Tomin y yo. Una hora después otro juvenil de aproximadamente la misma edad, macho precioso y curiso además. He de decir que este parque es famoso por la reintroducción de estos grandes simios y algunos de ellos, en especial los jóvenes, son curiosos e incluso reconocen a los guías, como a Tomin que llevaba un buen surtido de bananas irresistibles para ellos, así que Tomas, que así se llamaba este hermoso, descendio ante mi cara estupefacta y se fue a por la banana que le ofrocía Tomin, estuvo a mi lado unos segundos hasta que se trepó al dosel con su premio. Y así otro y otro hasta seis orangutanes, ya vimos a las hembras adultas y, por fin, a un gran macho, enorme, desproporcionado arborícola con al menos 200 kilos de peso y una edad aproximada de 30 años, en la flor de la vida ya que estos grandes simios pueden llegar a vivir 50 años, lo que los humanos antes de la revolución farmaceútica. Él no fue del todo amigable, andaba por las ramas, no quiero decir despistado, sino arriba muy arriba por el dosel alimentándose de Ficus, entonces cometí un error, traté de seguirle entre la espesura con la cámara y el trípode, obviamente armando un ruido tremendo que unido a la piña que me metí, no fue la única del día, le hizo alejarse y mi gozo se quedó en el pozo de mi incompetencia, me puse nervioso, no actué con cordura. Pero, claro Laki-Laki
Behuruntun,el hombre de la suerte, como cariñosamente me apodaron los Sumatranos, no podía fallar y más tarde se me presentó como salido de la nada, gigante imponente y entonces comenzó un despliegue de gestos faciales que nos dejaron alucinando, comenzó a bostezar, tenía sueño ya eran las cuatro o de la tarde. Tomin, que estaba un poco hartito de ver que no era yo uno más de esos turistas que van a pasear me apuraba para regresar, entonces sucedió lo increible, me quedé solo frente a él y comenzó a descender hasta colocarse a dos metros de mi cabeza, no pude evitarlo y una vez más brotaron las lágrimas de la emoción, con sus humanos ojos me observaba y hoy no puedo explicar con detalle todo lo que sucedió, será otra ocasión, demasiado fuerte. Cumplí la misión que me trajo aquí, las imágenes que filmé son irrepetibles, fuí bendecido una vez más por la vida y terminé llorando ante la atónita cara de Tomin y del gran macho que vieron en mí lo que soy un ser sensible y emocionado permanentemente.

He de terminar con un recuerdo especial para mi amigo Nacho Solano Cabello, mi hermanito estuviste allí todo el tiempo y lo verás cuando te enseñe las imágenes con una dedicatoria especial en el audio para tí, que te quiero muchísimo tío.
Regresé después de tres días y hoy ya en la estación de Ciapu, reitero mi agradecimiento al PROYECTO GRAN SIMIO y a INTERATIONAL ANIMAL RESCUE que me permiten estar viviendo, eso, viviendo. MAKASI (GRACIAS)LDPL

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