martes, 16 de agosto de 2011

ÁNGELES Y PRIMATES (Relatos bastante breves) II

DESPERTARES

“Hoy me desperté y cuando me desperté…” estas son las palabras póstumas del poeta boliviano Lucas Eneldo Fuegos que después de muerto dejó ese mensaje en el contestador de su hija. Nunca había escuchado nada tan estremecedor como la angustia de quien despertaba hallándose muerto.
Días antes del súbito evento el poeta había dejado escritos sus últimos versos y un breve texto.

“Hoy me desperté y cuando me desperté sentí como mis pies desnudos caminaban sobre mis sueños rotos como cristales.

Hoy me desperté y cuando me desperté el amor, insobornable, se burlaba de mí susurrándome que prefería estar en otro lugar, en otro tiempo, en otra vida, en otra persona.

Hoy me desperté y cuando me desperté no quería”.

"Evidentemente hoy tuve un mal despertar, la princesa depresión me acariciaba los pies. Sin embargo, este dolor que me va licuando, incongruentemente me hace querer estar vivo. Tal vez sólo sea por el placer de expresarme hasta mi último suspiro cuando espero que las más deplorables de mis gestas muten en un rayito de gloria que llevar conmigo".

1 comentario:

Javier Pareja dijo...

Me ha encantado tu opinión/artículo. Pienso Roberto que el manejo y la actitud que hemos tenido hacia los primates después de haberlos dominado como especie ha sido un ejercicio de desprecio, injusticia y del afán destructivo de la sociedad humana en el mayor apogeo de poder y control sobre la naturaleza. Una actitud de la que ya nos estamos arrepintiendo y que algún día vamos a querer deshacer el error y desgraciadamente no vamos a tener con qué. Saludos. Javier Pareja